Depresión en adultos mayores: no reconocida y no tratada

Muy frecuentemente la depresión no es diagnosticada ni tratada en individuos de edad mayor o igual a 60 años, o a veces no se trata en forma apropiada, muestran los resultados de un extenso estudio basado en la población.
"Nuestros hallazgos indican que incluso en el área urbana central de un país con un sistema de atención médica moderno, la depresión a una edad avanzada suele pasar inadvertida y no tratarse", señalan el autor principal, el Dr. Björn Karlsson, PhD, del Instituto Karolinska y la Universidad de Estocolmo, Suecia, y sus colaboradores.
Los investigadores añaden: "Además, casi la mitad de las personas con depresión recibieron un tratamiento farmacológico potencialmente inadecuado con ansiolíticos o hipnóticos".
El estudio fue publicado en el número de agosto de American Journal of Geriatric Psychiatry.[1]
La mitad de los casos no son reconocidos
Los investigadores señalan que en Suecia y en casi todos los demás países europeos, la depresión se trata principalmente en consultorios de atención primaria. Sin embargo, señalan que un metanálisis publicado en 2009 en The Lancet demostró que la sensibilidad diagnóstica de una depresión mayor en este contexto era inferior al 50% en individuos de edad igual o mayor a 65 años.
"Por consiguiente, en la mitad de las personas de edad avanzada con depresión que buscan atención no se reconoce el diagnóstico de depresión", señalan los investigadores.
Los investigadores trataron de estimar la prevalencia de depresión y el tratamiento de este trastorno en una muestra de la población de individuos de 60 a 101 años de edad y de identificar las características individuales de los que recibían tratamiento.
El estudio incluyó a 3084 individuos sin demencia que eran participantes del Estudio Nacional Sueco sobre Envejecimiento y Atención en Kunsgholmen (SNACK-K) en Estocolmo entre 2001 y 2004.
Los participantes en el estudio fueron examinados por médicos con experiencia que llevaron a cabo un examen médico general y un examen psiquiátrico semiestructurado que incluyó la evaluación de signos y síntomas psiquiátricos actuales, de acuerdo con la Escala Exhaustiva para la Evaluación Psicopatológica (CPRS).
Se diagnosticó depresión mayor de acuerdo con los criterios del DSM-5 y depresión menor de acuerdo con los criterios del DSM-IV-TR. La información sobre el tratamiento farmacológico y la psicoterapia se recolectó durante el examen y se basó en la autonotificación.
Los investigadores determinaron que la prevalencia de la depresión mayor fue 0,8% (n = 25 participantes); 5,1% (n = 157 participantes) cumplieron los criterios para depresión menor, lo que asciende a una prevalencia total de 5,9 por ciento.
En la población del estudio en su totalidad, la proporción que recibió tratamiento con fármacos antidepresivos fue 8,3% (n = 256); tal tratamiento fue más frecuente en mujeres (9,9%) que en hombres (5,6%; p < 0,001). La depresión también fue más frecuente en las personas de 81 a 101 años de edad (10,5%) que en las de 60 a 78 años (7,5%; p < 0,01).
Diagnóstico incorrecto
Entre los 182 individuos con alguna depresión, menos de un tercio recibieron tratamiento con fármacos antidepresivos o psicoterapia. Los resultados también demostraron que los individuos con educación universitaria tenían más probabilidades de recibir psicoterapia que aquellos con menos formación educativa (p < 0,001).
Sin embargo, casi a la mitad (46,2%) de los individuos con alguna depresión se les prescribieron fármacos ansiolíticos o hipnóticos. 
Asimismo, la depresión y la ansiedad autonotificadas se asociaron a un incremento en las probabilidades de recibir tratamiento de la depresión. Para la depresión, el odds ratio (OR) fue 27,6 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 10,3 - 73,7; p < 0,001); para la ansiedad, el OR fue 2,3 (IC 95%: 1,5 - 7,4; p < 0,01).
Por otra parte, el insomnio autonotificado se relacionó con una disminución en las probabilidades de recibir tratamiento de la depresión (OR: 0,3; IC 95%: 0,1 - 0,9; p < 0,05).
"El insomnio es frecuente a una edad avanzada y también es un síntoma de depresión" señalan los autores en su artículo.
"Nuestro hallazgo podría indicar que los médicos, en menor grado, reconocen la depresión cuando hay alteraciones del sueño. Esto es congruente con los hallazgos previos de que los pacientes que presentan síntomas de depresión principalmente somáticos tienen menos probabilidades de reconocerse como deprimidos en la atención primaria", añaden.
Los autores también destacan las fortalezas y las limitaciones de su estudio. Las fortalezas comprenden su diseño basado en la población y los exámenes "exhaustivos" realizados por médicos experimentados, incluido la utilización de la escala CPRS.
Las limitaciones son una tasa de respuesta de 73% y la posibilidad de sesgo de selección, ya que los individuos con depresión pueden tener menos probabilidades de participar en tal estudio basado en la población.
Además, el hecho de que los individuos con demencia fuesen excluidos del estudio puede significar que se subestimó la prevalencia de la depresión. Es posible que se haya sobreestimado la prevalencia de la depresión, debido al hecho de que la CPRS no especifica que los síntomas de depresión estén presentes durante un mínimo de dos semanas.
Otra limitación importante es el hecho de que la información relacionada con el tratamiento de la depresión de los participantes se basó en la autonotificación.
Dificultades para la interpretación
"Es un poco difícil interpretar estos resultados, ya que al parecer evalúan la presentación de síntomas actuales, de manera que es difícil saber si los pacientes con escasos síntomas o síntomas leves representan una depresión tratada satisfactoriamente o personas que nunca han tenido depresión", dijo el Dr. Donovan Maust, Universidad de Michigan, Ann Arbor, quien no intervino en el estudio y que comentó los hallazgos a Medscape Noticias Médicas.
"Sin embargo, una vez dicho esto, lo que me resulta más sorprendente y que los autores no parecen siquiera mencionar, es que los 207 pacientes sin depresión estaban recibiendo antidepresivos. En cambio, observaron que 14 de los 25 adultos con depresión mayor que debían estar recibiendo antidepresivo no lo recibieron", dijo el Dr. Maust.
"Si bien sigue siendo preocupante que los adultos mayores con depresión no reciban el tratamiento adecuado, existen muchos más adultos mayores que parecen no tener síntomas y estar recibiendo medicación que pueden no necesitar", dijo.
También al comentar el estudio a Medscape Noticias Médicas, el Dr. Iqbal "Ike" Ahmed, profesor clínico de psiquiatría en la Universidad de Ciencias de la Salud de Servicios Uniformados, Bethesda, Maryland, y profesor clínico de psiquiatría y medicina geriátrica en la Universidad de Hawái, Honolulu, observó que aunque el estudio se efectuó en Suecia, no le sorprendería que los hallazgos hubiesen sido similares en Estados Unidos.
"Probablemente la depresión en adultos mayores tiene un considerable mayor subdiagnóstico e infratratamiento que en la población general. Los motivos de esto pueden estar relacionados con la enfermedad, el médico y el paciente", dijo el Dr. Ahmed a Medscape Noticias Médicas.
Obstáculos para el diagnóstico y el tratamiento
"Los factores relativos a la enfermedad se deben a las presentaciones atípicas de la depresión a una edad tardía, con menos manifestaciones de depresión franca y más manifestaciones de síntomas somáticos, síntomas cognitivos, como alteraciones de la memoria, ansiedad y apatía más prominentes".
"Los factores clínicos pueden estar relacionados con la formación educativa inadecuada y la capacitación en torno a cómo reconocer y tratar la depresión, y una escasez de tiempo en los consultorios de atención primaria atareados".
"Los factores del paciente están relacionados con el estigma de tener el diagnóstico de un trastorno psiquiátrico y estar más dispuesto a tratarse de síntomas somáticos o de problemas de sueño. Estos factores hacen que no se trate un trastorno muy tratable con psicoterapia o medicación y que se pueda dar un tratamiento inadecuado con benzodiazepinas y sedantes-hipnóticos por ansiedad y sueño. Estos medicamentos tienen efectos secundarios en los ancianos, como aumento en el riesgo de caídas y problemas de memoria", dijo el Dr. Ahmed.
Esta situación podría mejorar a través de mayores esfuerzos para reducir el estigma de las enfermedades mentales en general, mejor educación a los médicos en todos los niveles, incluso en su formación en la escuela de medicina, y a través de una detección más generalizada de la depresión con el empleo de cuestionarios como la Escala de Depresión Geriátrica, señaló.
"La Escala de Depresión Geriátrica es muy rápida. Tarda menos de cinco minutos en llevarse a cabo y se podría incluso realizar en la sala de espera mientras el paciente espera para ver al médico. Los resultados podrían indicar que el paciente necesita valorarse con más detalle para diagnosticar depresión", dijo el Dr. Ahmed.
También recomendó mejoras en el reembolso para los médicos de atención primaria que efectúan detección de depresión.
"Ahora mismo, existe un desincentivo para invertir mucho tiempo haciendo esto, dada la falta de reembolso adecuado. Si se mejorase esto, podría ayudar a un mayor número de médicos de atención primaria que desean efectuar detección de trastornos psiquiátricos en sus pacientes. Creo que hay varias medidas diferentes que probablemente se podrían poner en práctica para mejorar el reconocimiento y el tratamiento de la depresión en personas mayores", dijo el Dr. Ahmed.
El estudio fue respaldado por el Ministro de Asuntos de Salud y Sociales, Suecia, el Consejo y la Municipalidad del Condado de Estocolmo y el Consejo de Investigación Sueca. El Dr. Karlsson, el Dr. Maust y el Dr. Iqbal informan no tener conflictos de interés económico pertinente.

Fuente: Medscape.

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